viernes, 13 de enero de 2017

EL INDIVIDUO


           —Mañana volverá a llover. Lo de hoy ha sido una efímera tregua. ¡Vaya una primavera que llevamos…! A ver quién se atreve a guardar el paraguas.
           Cuando sobrepasamos el noveno, afianzo la idea de que la condición humana está abocada al deprimente mundo de la incomunicación. Este hombre, por ejemplo… Permanece ahí, sentado, silente, taciturno. Me lo encuentro a diario. Siempre procuro darle algo de conversación, pero no obtengo por respuesta ni los buenos días. Vuelvo a insistir:
         —El ascensor marcha cada vez más lento… —Nada…, ni mutis—. Y apesta; ¿no le parece?
          Bajo en el duodécimo. Afuera, luce un sol espléndido.



No hay comentarios: