Repiquetea la lluvia en las ventanas. Acababa de limpiar los cristales. Y
el niño dale que te pego con que no encuentra a la tortuga. Pongo una
lavadora. Sergio me recuerda la estricta puntualidad de su jefe. Esta
noche viene a cenar. Ordeno la cocina. Preparo la mesa. Unos indicios de
polvo me obligan a fregar de nuevo las copas. Sergio pregunta por su
corbata de color burdeos. El niño pide agua. Sergio no localiza un
calcetín. El niño busca ahora al gato. Sergio exige una camisa
planchada. Rompo una copa. Sergio me acusa de torpe. El niño, de
manazas. Corto unas verduras y enciendo el horno. Sergio pregunta qué
vamos a cenar. “Conejo”, respondo. “¿Y de primero?”. “¡Sopa!”, vocifero
malhumorada. “¿De qué?”. Me mantengo en silencio. Y el crío erre que
erre con que no aparece la tortuga. Ni el gato.
No hay comentarios:
Publicar un comentario